Por fin rompieron la mala racha. El alboroto reinaba en el vestuario. —¡Alegra esa cara, Emma! —gritó Marina—. Ya puedes respirar. Emma sentía alivio por la victoria. Aún podían recuperar la distancia. —Déjala —intervino Eva—. Emi lo pasa mal cuando perdemos. Llevaba un peso enorme. —Peso, el mío. —Marina apuntó con su pulgar hacia atrás. Su hermana se apoyaba en sus hombros mientras le mascaba rítmicamente el pelo. —¡Aury! ¡No seas marrana! —la reprendió Nita. —Da igual —contestó Marina—. Es mi máscara capilar. —¡Qué raritas sois! —dijo Susana asqueada. Acababa de entrar en el vestuario con Araña. —¿Qué pasa? —preguntó Ada, con su pequeña voz, como el resto de su ser. —¡Esa pe…! —Araña se contuvo un instante—. La tipeja de Las Iguanas… Me ha enganchado la manga… ¡Me encantaba el dibujo! Se dejó caer sobre un banco. Quien no la conociera, pensaría que iba a salir con su banda de moteros a zurrar a aquella chica, pero entre Las Tortugas ya se conocía que su dureza era solo aparente. —Tatúate de verdad. Silencio. La única que podía atreverse a insinuarle aquello era Marina. Ella la miró divertida, sabiendo la respuesta que iba a recibir. —¿Quieres que te cruja? ¡No puedo hacer eso! —Porque te dan miedo las agujas. —¡No me dan miedo! —Araña se puso colorada al ver que había sonado como una niña pequeña—. Bueno, aparte. —Ya… —Marina se sentó junto a ella. Le acarició un hombro y enseguida apartó la mano, antes de que se la mordiera—. Tu madre, la embajadora, y el mundo de princesas y colegios privados en el que vives tu otra vida, no lo aceptarían. Araña asintió. Ella siempre era la dura, la que imponía respeto y lo tenía todo controlado. Desde que estaba con ellas se había vuelto más vulnerable y no le desagradaba. —No estás sola en esto. —Continuó Marina—. Se trata de expectativas… Las de una madre para con su hija —añadió con tono solemne. —No entiendes… —¡Vaya si lo entiendo! —Marina se soltó su melena y tiró de ella para enseñársela a Araña. Aurora seguía enganchada—. ¿Qué crees que me dice mi madre cuando me ve el pelo lleno de babas? ¿”No te preocupes, ya sabemos que tu hermana es especial” —hizo el gesto de comillas con los dedos— “No puedes hacer más por mantener tu pelo limpio. Toma 20 euros.”? —¿Qué tienen que ver los 20 euros? —preguntó Susana, agotada por la cháchara de Marina. —¡Ay, ratona! Una chica puede soñar… —¡Quita de encima! —Susana se zafó de ella y se incorporó—. ¿Es ese tu problema? Esto no va de babas ni dinero ni de carísimas academias que abren las puertas de conservatorios en países aburridísimos que no quiero conocer. Las chicas se miraron sin decir nada. —¿Para qué narices quiero tocar la tuba? ¡Qué pasa si quiero tocar la guitarra en el Metro! ¡Si no quiero ser como mi madre! —Ostras, Susana… —murmuró Coral. Susana se dio cuenta de que había hablado de más y se sentó de nuevo, viendo de reojo sonreír a Marina mientras decía “tuba”. —Yo estoy agotada de tener que ser perfecta —habló Nita. —Sí que se te ve estresada, amiga. —Ayudaría que dieras un palo al agua de vez en cuando, Marina, ya que somos amigas. —Entonces no sería yo. Mira qué carita te pone Aury… —Le puso delante la cara de su hermana haciéndola boquear como un pez. —A nosotras nos da por hecho —habló Coral. —Como siempre estamos juntas, no se preocupan… —añadió Carla. —Haberos pasado más de un año por una sola también habrá contribuido —contestó Susana. —Somos tres —dijo Carla. —¿Qué? —¿O seremos cuatro? —habló Coral. —Equipo de trastornadas… —murmuró Susana. —Como ves, Araña —continuó Marina—. Todas tenemos que aguantar a nuestras madres. —Yo no. Se volvieron para ver a Emma, que aún llevaba la camiseta bañada en sudor y cada pelo de su cabeza mirando a un lugar distinto. Emma se sorbió los mocos y se limpió la nariz con la mano. —¿Qué pasa? —preguntó confundida. —¡Ay, Emi! —habló Eva—. Debes hablar con tu madre. —Bueno, excepto la vagabunda aquella, que no sabe nada que no sea voleibol… estamos todas igual. —A mí… —Empezó a hablar con timidez Ada—. Quiero decir… Yo no conocí a mi madre, no sé qué esperaba de mí. Me gustaría que estuviera para obligarme a hacer algo. Ahora todas miraban al suelo. —Yo también echo de menos a la mía… Y a mi padre —añadió Eva. En medio de aquel silencio sepulcral, Penélope, que llevaba desde el principio durmiendo sobre uno de los bancos, se incorporó y se estiró como un gato. —La mía me dice que duerma más de noche. —Te lo decimos todas —contestó Araña. —Yo le digo que sí. —Como a nosotras —contestó Nita esta vez. —Pero no lo hago. Penélope se acercó a Araña, tiró de un par de hilos de la manga y la dejó bastante mejor de lo que estaba. Araña la miró boquiabierta. —Ella es feliz porque la escucho. Yo soy feliz porque, con eso en mente, hago lo que considero. Cada una tiene su máscara; lo difícil no es quitársela, sino saber cuándo dejarla puesta. ¡Venga! ¡Hoy se ven las Leónidas! Penélope salió del vestuario al tiempo que la madre de Marina y Aurora entraba. —¡Que nos va a cobrar más el autocar! ¡Marina! ¡Menudos pelos llevas!
En cumplimiento con el deber de información recogido en el artículo 10 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico (LSSI), se hace constar que el titular del sitio web es:
Este sitio web tiene como finalidad difundir la obra literaria de Alejandro Luis García, ofrecer información sobre sus libros, publicaciones, eventos, blog y facilitar el contacto con lectores y personas interesadas.
El acceso y uso del sitio web atribuye la condición de usuario y conlleva la aceptación plena y sin reservas de las presentes condiciones legales. El usuario se compromete a utilizar los contenidos del sitio web de forma lícita y respetuosa.
El titular no se hace responsable de los errores u omisiones en los contenidos, ni de los daños derivados del uso del sitio web, ni por acciones de terceros que accedan al mismo.
Todos los contenidos de este sitio web (textos, imágenes, vídeos, diseños, logotipos, etc.) son propiedad de Alejandro Luis García o cuentan con licencia para su uso. Queda prohibida su reproducción, distribución o modificación sin consentimiento expreso del autor.
Los datos personales que puedan recabarse a través del formulario de contacto o la suscripción a la newsletter se tratarán conforme a la legislación vigente en materia de protección de datos (RGPD y LOPDGDD), siendo utilizados únicamente con la finalidad indicada en cada caso. Puedes consultar nuestra Política de privacidad para más información.
Este sitio web puede incluir enlaces a páginas de terceros. El titular no se responsabiliza del contenido ni de las políticas de privacidad de dichos sitios.
La relación entre el titular y los usuarios se regirá por la normativa española vigente y cualquier controversia se someterá a los juzgados y tribunales del domicilio del titular, salvo que la legislación disponga otra cosa.
En cumplimiento del Reglamento (UE) 2016/679 (RGPD) y la Ley Orgánica 3/2018 (LOPDGDD), se informa que los datos personales recabados en este sitio web serán tratados por:
Los datos personales que el usuario facilite a través de formularios (contacto, newsletter, comentarios, etc.) serán tratados con las siguientes finalidades:
El tratamiento de los datos se basa en el consentimiento del usuario al enviar el formulario correspondiente, aceptar las cookies o suscribirse a la newsletter.
Los datos se conservarán durante el tiempo necesario para cumplir con la finalidad para la que se recabaron o hasta que el usuario solicite su supresión.
No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal o en caso de servicios externos necesarios para la prestación del servicio (como servicios de envío de newsletters), con quienes se firmarán los contratos de confidencialidad correspondientes.
El usuario puede ejercer los siguientes derechos:
Para ejercer estos derechos, el usuario puede enviar un correo a contacto@algarciaescribe.com, indicando claramente su solicitud y adjuntando copia de su documento de identidad.
Se aplican medidas técnicas y organizativas adecuadas para garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos personales.
El titular se reserva el derecho de modificar la presente política para adaptarla a novedades legislativas o cambios en la actividad del sitio web.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario. Puedes consultar más información y configurar tus preferencias en la Política de Cookies.